Hansi Flick, la mejor solución de Laporta para enderezar la economía del Barça

Joan Laporta es un presidente muy pasional y futbolero. "Sabe mucho de fútbol", aseguran en las oficinas del FC Barcelona. De números, posiblemente, no sepa tanto, pero como presidente barcelonista ha resuelto perfectamente las dos crisis deportivas que han salpicado al club bajo su liderazgo. En 2008 fichó a Pep Guardiola y el Barça lo ganó todo un año después. En 2024 despidió a Xavi Hernández y acertó con la contratación de Hansi Flick.

Flick era un entrenador que había triunfado y fracasado a partes iguales. Con el Bayern de Múnich ganó la Bundesliga, la Copa, la Champions, la Supercopa de Alemania, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Con la selección germana, en cambio, fracasó en la Eurocopa de 2021 y en el Mundial de 2022. En el Barça, de momento, ha ganado la Supercopa de España y la Copa del Rey. Y casi, casi la Liga.

Pini Zahavi

Laporta ya quiso fichar a Flick en 2021, como relevo de Ronald Koeman. Tres años después cerró su contratación con el representante del técnico, Pini Zahavi, antiguo socio y amigo del presidente del Barça. Fue una apuesta de riesgo.

Joan Laporta, junto a Pini Zahavi, saliendo de una reunión por la ciudad de Barcelona REDES

Deco, el director de fútbol del Barça, acabó muy satisfecho de la decisiva reunión para fichar a Flick. Le sorprendió el gran conocimiento que tenía el técnico alemán de todos los futbolistas del Barça y de los jóvenes de la cantera. También le impactó su radiografía a los males del equipo de Xavi.

Cultura del trabajo

Técnico metódico y perfeccionista, dialogante y exigente por igual, Flick detesta dos cosas: la falta de puntualidad y las excusas. Su cultura del trabajo es del agrado de Laporta y Deco, y también de los futbolistas. Con él, muchos jugadores han elevado su nivel. La lista es larga. Los casos más evidentes son los de Éric García, Balde, Casadó, Pedri, Ferran y Raphinha.

Raphinha celebra uno de sus goles al Real Madrid EFE

Éric García celebra su gol en el Barça-Real Madrid EFE

Flick es un tipo muy cerebral y sensato, nada que ver con Laporta. Entre ambos, la sintonía es perfecta. El actual entrenador del Barça también es un hombre de club y asumió sin rechistar la precaria situación económica de la entidad.

La realidad

En verano, Flick pidió el fichaje de Frimpong y el de Nico Williams, pero el Barça solo pudo contratar a Dani Olmo. El técnico aceptó el reto. No hubo el menor reproche a Deco y miro hacia la cantera. El máximo ejecutivo deportivo aplaudió su renuncia a un mediocentro tras ver los primeros entrenamientos de Marc Bernal y Marc Casadó.

Frimpong, objetivo del Barça, en el partido de Países Bajos contra Francia EFE

Flick, hombre pragmático, sí apretó con el fichaje de Szczesny, y mantuvo la calma con la depresión del Barça en noviembre y diciembre. Tres derrotas consecutivas en Montjuïc amenazaron con liquidar los sueños barcelonistas en la Liga. A partir de enero, sin embargo, el equipo aceleró y fue una máquina de marcar goles. En defensa, en cambio, hay mucho margen de mejora.

Más dinero

Las victorias del Barça son celebradas por Laporta por partida doble. Más allá de las alegrías deportivas, los buenos resultados han traído más dinero. En la Champions, el club alcanzó las semifinales, una eliminatoria más de la presupuestada por la junta directiva.

Los jugadores del Barça arrancar a la carrera tras el gol de Jules Koundé en la final de la Copa del Rey

El Barça ha ingresado ya 115 millones de euros por la Champions, 23 millones más de los previstos el pasado verano. El domingo también se logró el récord por taquilla en un partido del equipo azulgrana. El club ingresó 13,8 millones de euros --cifra récord-- por la venta de entradas en el duelo contra el Real Madrid, al superarse los 50.000 espectadores en el Olímpic Lluís Companys. Esta temporada, solo 22.600 de los 80.000 abonados del Barcelona renovaron su carnet.

Objetivo, 1.000 millones

Laporta sabe que los éxitos deportivos tienen un impacto inmediato en las cuentas del club. También, a medio plazo, en la búsqueda de nuevos patrocinadores. Esta temporada, los ingresos rondarán los 900 millones de euros y el gran reto del máximo dirigente pasa por facturar 1.000 millones de euros por temporada. A medio plazo, espera conseguirlo cuando el nuevo Camp Nou esté terminado y pueda acoger a 104.600 espectadores.