Un canal de Amsterdam

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El pueblo de Cataluña que fascina a la prensa internacional y parece Amsterdam: "Es de los pocos lugares donde todavía se puede pasear"

Este municipio de la Costa Brava garantiza tranquilidad en invierno y escasez de turistas en verano

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La comparan muchas veces con Venecia, pero la ciudad es mucho más nueva. Aquí no hay palacios ni góndolas, lo que hay son barcos, más concretamente yates o barquitas pequeñas para salir al mar. Por eso es un pequeño Ámsterdam en Cataluña.

Su urbanismo es tan curioso que, a pesar de estar en la Costa Brava, nunca se habla de sus playas sino de sus calles. Aunque más bien se habla de sus canales. Y es que, como pasa con la capital de los Países Bajos, este pueblo canal está rodeado de agua. Tal vez por eso, en sus calles reina la calma.

Así lo constataba recientemente un artículo publicado en la prensa internacional. El diario británico The Mirror hablaba con un inglés que vive allí y lo decía tal cual: “Aparte de ser uno de los destinos turísticos más atractivos de la Costa Brava, también es uno de los pocos pueblos donde se puede pasear tranquilamente sin grandes multitudes”. Un hecho poco usual en verano.

No es que el pueblo no reciba visitas, pero no tanto como otros municipios más conocidos de su alrededor como Pals, Begur, Platja d’Aro o Palamós. El turista veraniego suele ser local, catalanes y españoles en su gran mayoría y en “los meses fríos impera la tranquilidad”.

Qué pueblo es

Y es que a Empuriabrava o se la ama o se la odia. Hay quienes no soportan tener que cruzar los canales y otros que ven que esta gran marina es tan original y calma que bien merece la pena una visita o una estadía larga. 

Se trata de una localidad joven, de menos de 50 años de historia. Con un tamaño reducido y una población de apenas 8.000 habitantes. Una marina convertida en pueblo con más de 25 millas navegables.

El mayor puerto de Europa

Todas estas características convierten a Empuriabrava en el mayor puerto deportivo residencial de Europa. Su red de canales, que serpentean entre casas blancas de tejados rojizos y jardines cuidados, ha llevado a que la comparen con Venecia o Ámsterdam, aunque tiene una personalidad más soleada, abierta y decididamente catalana.

La arquitectura del lugar está diseñada para dialogar con el agua. Muchas casas tienen su propia embarcación atracada en la puerta, y los canales se utilizan tanto para pasear como para moverse. Y si no se tienen ninguna, los visitantes pueden alquilar barquitas sin necesidad de licencia.

Empuriabrava

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Qué hay en Empuriabrava

Pero no todo son canales. La playa, extensa y de arena fina, se despliega en paralelo al paseo marítimo y es perfecta para familias con niños, grupos de amigos o parejas que buscan tumbonas y cócteles frente al mar. 

A pocos pasos se encuentran restaurantes que ofrecen desde tapas y paella hasta cocina centroeuropea, fruto del carácter internacional que adoptó la zona desde su creación. De hecho, muchas de las casas pertenecen a propietarios alemanes, franceses, suizos o belgas que encontraron aquí su segunda residencia ideal.

Qué hacer

Empuriabrava también ofrece una animada vida social, pero sin estridencias. Bares con terrazas frente al canal, heladerías artesanales, mercadillos y pequeños conciertos dan vida a sus calles por las tardes de verano.

Para los que buscan actividades, hay paddle surf, kayak, windsurf, buceo o alquiler de bicicletas, además de una buena oferta de comercios y supermercados. Todo a escala humana, sin grandes cadenas, sin rascacielos, sin centros comerciales.

Canales de Empuriabrava

Canales de Empuriabrava CANVA

El entorno

El entorno natural es otro punto a destacar. Los Aiguamolls de l’Empordà, situados a muy poca distancia, ofrecen rutas a pie o en bicicleta entre lagunas, marismas y observatorios de aves.

En esta zona protegida se respira el contraste entre la modernidad de los canales y la riqueza biológica del paisaje original. Los caminos rurales que rodean Empuriabrava conectan con masías, pequeños pueblos y playas solitarias donde el turismo aún no ha calado.

Como llegar

Como pasa con Amsterdam, los canales no hacen inaccesible a Empuriabrava. Se llega perfectamente en coche desde Barcelona. Basta con tomar la autopista AP-7 en dirección norte hasta la salida 4 (Figueres Sud / Roses). Desde allí, se coge la carretera C-260 en dirección a Roses y, a unos 10 kilómetros, se encuentra el desvío señalizado hacia Empuriabrava. 

Otra opción es ir por la N-II, una ruta algo más lenta pero que con vistas al mar. Por la autopista, ahora gratuita se tarda una hora y 45 minutos, por la nacional se puede alargar hasta las dos horas.