
El resort Don Juan de Lloret, Pep Cañellas (Fergus Group) y el abogado Genís Marfà
Guerra entre los Aceña y Fergus Group en el mayor hotel de Cataluña
La cadena mallorquina denuncia a la histórica familia hotelera por echarles del 'resort' de más de 800 habitaciones
Una deuda de 30 millones sobrevuela la pelea del verano en la Costa Brava
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Guerra abierta entre la histórica familia Aceña, una de las sagas reinas del turismo vacacional en Cataluña, y la cadena mallorquina Fergus Group, actor destacado en el segmento del sol y playa. La firma balear ha denunciado a la estirpe catalana por echarles del Don Juan de Lloret de Mar (Girona), el mayor hotel de toda la autonomía, con más de 800 habitaciones.
Lo detallan fuentes conocedoras del conflicto, que advierten del "duro pulso" que mantiene Fergus con la saga catalana que creó parte del turismo playero en la Costa Brava. Una cuita que ha terminado con la rescisión del contrato del hotel más grande de la región y, también, en los tribunales.
Antes de que la justicia resuelva, Fergus se ha quedado sin su mayor activo en explotación en Cataluña, donde comenzó a expandirse hace unos años, y los Aceña han sumado un nuevo frente judicial tras entrar en concurso de acreedores --y superarlo-- tras la pandemia del coronavirus.
Deuda de 30 millones
La pugna se remonta a 2022, cuando el conglomerado mallorquín --que opera 30 hoteles y factura 154 millones de euros al año-- llegó a Lloret para operar el hotel-ciudad de vacaciones. Lo asignó a su cartera Affiliated by Fergus.
La familia Aceña, una de las más granadas del turismo de sol y playa de Cataluña, levantó el coloso en los años 70. Pero el modelo se agotó paulatinamente, y con la pandemia del coronavirus en 2020, se dio la última estocada al Don Juan de Lloret.
En 2022, todo el complejo fue a la insolvencia.

Imagen de la piscina climatizada del Don Juan de Lloret
Supera el concurso con duras condiciones
Un año después, se lanzó la fumata blanca. Los Aceña lograron refinanciar la deuda con ayuda de su explotador, Fergus Group, por medio de la mediación del fondo de inversión Terram Capital.
El pacto incluía la renegociación de parte del pasivo, no su totalidad, y el reposicionamiento del activo, que se divide en tres edificios y las citadas 800 habitaciones.
Expulsión
La entente no ha durado. Este mismo año, apenas doce meses después del acuerdo de salida de concurso, Fergus ha salido de la explotación del resort. Ha entrado Ona Hotels, de la familia Barrau.
Y el conflicto se ha judicializado, con una demanda de los mallorquines contra los Aceña.
Fergus: "Judicializado"
Preguntado por este medio, un portavoz de la cadena balear ha admitido que "dicho asunto está judicializado". Es así porque "de forma unilateral y sin que existiera causa para ello, desde la propiedad se ha tomado la decisión de resolver el contrato que nos vinculaba".
Y esa decisión drástica la tomaron los Aceña "pasando la gestión del hotel a otra empresa, para de esta manera a su vez poder incumplir los pactos por los cuales se debía honrar y devolver el capital aportado por Fergus".

El hotel Don Juan de Lloret de Mar
"Refinanciarse por segunda vez"
Previo a ello, la gestión balear permitió al macrohotel "generar unos beneficios que han permitido a la propiedad refinanciarse por segunda vez".
¿Cómo pasó? La firma que fundó el empresario José Cañellas "ha llevado a cabo un excelente trabajo de reposicionamiento hotelero al ayudar a la propiedad a salir del concurso de acreedores en el que se encontraba antes de nuestra entrada".
Lo hizo por medio de "aportar capital a una sociedad conjunta" encaminada a la reestructuración. Con ello, se sobrepasaron "los resultados fijados en el plan de negocio en más de un 15%, logrando unos precios más altos y una mejora de la satisfacción del cliente". Y ello pasó "sin que la familia tuviera que realizar inversiones de mejora de producto".
"Condiciones draconianas"
Por su parte, ni Ona Hotels ni la familia Aceña han respondido a este medio. La saga hotelera la representa el abogado barcelonés Genís Marfà, conocido por participar en el despacho del abogado condenado Joan Piqué Vidal y por presidir en el pasado la inmobiliaria quebrada Fergo Aisa.
Otras fuentes sí han contestado, asegurando que "Fergus fijó unas condiciones de refinanciación draconianas, impagables para los Aceña, después de que el Tribunal Supremo tumbara el primer acuerdo". Ello ha llevado a la familia a tomar una decisión drástica. "El pacto de renovación de deuda era rayano a la usura", insisten.
Y, además, la cadena mallorquina "no fijó condiciones de performance con los propietarios, por lo que tomó el control del hotel a todos los efectos". Esa falta de control "permitió a los mallorquines hacer lo que quisieran con los precios y contratos".
El pacto (verbal) con los Pascual
Sea como fuere, el cuerpo a cuerpo supone un traspié mayor para Fergus, uno de los outsiders del sector hotelero español: es ajeno a las grandes familias que controlan el sector. Nació en los 2012 de la mano de José Cañellas y su socio, el empresario catalán Joan Pascual.
Los dos directivos, que procedían de la turoperación receptiva de turistas --estuvieron en Serhs y Natalie Tours, ahora W2M, la división receptiva del gigante Iberostar--, rompieron en 2017, y Pascual, con arreglo a un pacto verbal, "se quedó la península, y Cañellas, las Islas Baleares".
Como avanzó este medio, la entente de cortesía se rompió en 2022, cuando Fergus entró en Cataluña y, más concretamente, en Lloret, ciudad-sede de la familia Pascual. Con ello, la cadena balear arrancó su expansión en la Costa Brava. Crecimiento que ahora se ha enmarañado en una gresca judicial.