Así es el edificio modernista escondido en Poblenou, la Casa Antònia Serra i Mas TRIPADVISOR
Parece Nueva York, pero es Barcelona: así es el edificio modernista escondido en el barrio de Poblenou
El bloque de viviendas con toques neocentistas emergió en medio de una zona industrial
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Quien haya ido a Nueva York seguro que lo ha visto. En cualquier tour por la ciudad se habla de él. Es el primer rascacielos que se construyó en Manhattan y, pese a que ahora tiene el tamaño de un bloque de pisos normal, es icónico.
Su nombre habla por sí solo Flatiron Building, es decir, el edificio Plancha. Nombre que le va como anillo al dedo. Se trata de un piso que hacer esquina y, visto desde arriba parece eso, una plancha de la ropa. Pero no es tan único.
Barcelona tuene un edificio bastante parecido y, además, con toques modernistas. Pasa desapercibido entre las obras de Gaudí, Puig i Cadafalch, Sagnier i Domènech i Montaner, pero su belleza merece ser destacada.
Se encuentra en una de las arterias principales de Poblenou, uno de los barrios marítimos más populares de la capital catalana. Como el Flatiron neoyorquino, también hace esquina, pero aquí en la confluencia de las calles Pere IV y Pallars y en breve cumple 100 años.
De quién es el edificio
Inspirado o no por el edificio de Nueva York, el arquitecto modernista Ramon Puig i Gairalt erigió en 1936 la Casa Antònia Serra i Mas. Lo hizo por encargo de Encargado por Antònia Serra i Mas, que compró el solar y encargó la obra en 1926.
El inmueble se levantó como una propuesta residencial elegante, cercana al modernismo ornamental que predominaba en la ciudad, apostando por un clasicismo contemporáneo que simbolizaba modernidad y discreción.
Un bloque con historia
Durante décadas fue testigo de los cambios de Poblenou: desde barrio dormitorio y núcleo industrial hasta convertirse en epicentro del distrito tecnológico 22@. En planta baja, la Ferretería Bonet, en funcionamiento desde 1952, ha sido la única constante junto a la arquitectura; su supervivencia da fe del arraigo comercial y vecinal que rodea al edificio.
La casa era casi un monumento entre tanta industria. Con planta triangular muy pronunciada, la construcción ocupaba (y ocupa) un solar en ángulo agudo, rematado por un chaflán que no delimita la esquina.
Casa Antònia Serra i Mas WIKIPEDIA
Diferencias con la Plancha
Las características de este cruce de calles obligó a proyectar este edificio en vertical dotándolo de una gran ligereza. Del mismo modo, fachada se abre hacia la gran avenida, ofreciendo una gran visibilidad y presencia desde todos los ángulos.
A diferencia de la monumental plancha de Nueva York de 1902, diseñada por Daniel Burnham, la Casa Antònia Serra i Mas adopta un esquema clásico del noucentisme, con cinco plantas sobre planta baja y un pequeño templete coronando la cima.
Cómo es
Tampoco faltan los detalles modernistas. Sus líneas curvas, sus trabajados balcones y los detalles ornamentales con alusiones a la naturaleza parecen inspirados en esta corriente arquitectónica.
Su estructura, sin embargo, comparte la elegancia triangular del Flatiron neoyorquino: ambas se alzan sobre la intersección de dos vías, abrazando el paisaje urbano y convirtiendo ese vértice en un foco visual irremplazable.
Un edificio ignorado
Pero mientras el bloque neoyorquino es conocido, el edificio de Barcelona pasó desapercibido durante años. Se redescubrió durante su restauración entre 2011 y 2014, momento en que volvió a lucir su riqueza ornamental en piedra de Montjuïc, los esgrafiados florales, los balcones curvos y la rejería de hierro forjado modernista.
Puig i Gairalt, discípulo de Francesc d’A. Galí y conocedor de corrientes europeas como la de Hoffmann o Loos durante su estancia en Viena, optó por una estética que combina orden, racionalidad y elegancia sin estridencias.
Detalles de la fachada de la Casa Antònia Serra i Mas TRIPADVISOR
Parecido a un barco
El resultado es una fisonomía dominante, una especie de “proa de barco” vertical, más que una plancha. Una especie de buque inmóvil que rompe con la ortogonalidad del viario y dota de dinamismo visual al entramado urbano.
En cualquier caso, la comparativa con la plancha de Nueva York es inevitable, aunque las diferencias de escala y época aportan matices esenciales. El Flatiron de Manhattan es un rascacielos de 22 pisos, el edificio barcelonés, se queda en una escala humana, cinco plantas.
De la misma manera, mientras el rascacielos neoyorkino se alzaba en la vorágine económica de finales del XIX, la Casa Antònia Serra representaba un momento de consolidación urbana y desequilibrio arquitectónico en Poblenou, reflejando el paso del industrial al residencial.
